jueves, 16 de junio de 2011

En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme, vivía un gran hombre del cual su nombre, que sí recordaba, era Polino. Vivía en una gran hacienda con su cultivo y su granja. Este hombre era feliz con su esposa, pero desde hacía un tiempo la apartó un poco de su vida, debido a una cierta obsesión con un grupo en concreto de animales, los cerdos.
Desde hacía un tiempo le llamaban más la atención que nunca y acabó obsesionándose con ellos. Cayó en la locura, todo le recordaba a ellos; algo enroscado, a su rosado rabito; algo blandito, a su grasa; todos los colores para él eran rosas o marrones, como el cerdo de pata negra.
Su mujer le pedía que fuese como antes que echaba de menos a su antiguo esposo, que había cambiado. Él no le hizo caso, y seguía con su obsesión.
Por esa época se creó una mejora de la cerveza llamada MICHA la cual iban por las aldeas anunciándola con anuncios absurdos y le llamó la atención porque los hacían con animales. Vio un pato, un delfín, gatos, pero él se esperaba que saliera el cerdo. Tenía la esperanza de que saliera, se lo había puesto como una meta. Debido a que no salía, lo creo él, al principio sólo montó un cerdito de madera  e intentó vender su propia cerveza, pero no tuvo éxito.
Pasó un largo tiempo inventando cosas sobre cerdos; narices para ponérselas, rabitos, cuerpos con telas. Hasta que un día una de sus representaciones en pequeñito de un cerdo, se quedó enganchado a un hilo, y quedó colgando y vio, y observó cómo el cerdo giraba sólo, llegando a dejar atontado a quien lo viese. Lo vio claro, él lo que estaba viendo ¡es un cerdo volando!¡El cerdo volador! Vio su gran obra y creo bastantes, pero vio que tan pequeños no era suficiente. A él le faltaba algo más, el puntazo que lo haría increíble. Tuvo la gran idea: él sería el cerdo, él sería quién, disfrazado, se colgaría y promocionaría la cerveza.
Creó su disfraz e intentó coger su mejor cuerda, fue a la plaza a la inauguración para enseñar su obra. Se preparó como dios manda, realmente parecía un cerdo de verdad. Todo el mundo le prestaba atención, él era el centro de todo. Se preparó, en una mano la cerveza, se colgó a la viga y le pidió a un amigo que le diera impulso mientras que él, quedaba suspendido.
Con la cerveza en mano, él giraba mientras anunciaba su producto. Se sentía Dios. Pero…en pocos instantes cogió tal velocidad que fue incontrolable. No se le podía parar. La cuerda por desgracia se rompió. Su trayectoria fue a caer en picado justo donde estaba su preciada piara de cerdos. Se chocó con la valla de la verja y se mató en el acto. Su locura y los cerdos y el éxito acabaron con él, tanta obsesión no podía ser buena.
En el funeral todos le recordaron como el cerdo volador y decía que ellos lo que estaban viendo es un cerdo volador, pero que voló tan alto, que se fue al cielo. Finalmente MICHA patrocinó su anuncio y su mujer ganó mucho dinero.

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