jueves, 16 de junio de 2011

Iba yo por la calle y me encontré a mi amigo entristecido, pues yo le pregunté qué le pasaba para intentar ayudarle. Él me contó la historia. Ésta decía: la profesora nos mandó un trabajo hacía tiempo. Era algo largo. Teníamos que argumentar todo lo que pusiéramos. Trataba sobre los animales y el medio ambiente en el que viven. Teníamos dos semanas de plazo para la entrega. Yo, sabiendo que el trabajo era sobre uno de los temas del libro, pensé que me daría tiempo copiándolo el último día y dejándolo para la víspera. Faltaba un día para la entrega y lo hice, la profesora no dio detalle de cómo le gustaría más, ni de cómo para ella estaría mejor, asique, debido a mi vagancia me dispuse a hacerlo por ordenador e imprimir sin más, poniendo lo mismo que el libro.
Llegó la hora de la entrega del trabajo, yo, orgulloso de tenerlo, lo entregué, pero me fue imposible no fijarme en mi compañero de al lado. Él detalladamente lo hizo a mano, hizo dibujos con color, buscó información en otros medios y sus textos eran más amplios que los míos. Pero, bueno, ambos lo teníamos hecho y como la profesora no especificó, pensé que tendríamos notas muy similares, pues era justo.
Pero me equivoqué, y caí abatido, el día que ella nos los dio corregidos. Vi cómo mi compañero recibía una matrícula de honor y una de las estrellas positivas que pone ella para corroborar que le gustaba mucho, yo una simple nota sin más, un ocho en un redondelito rojo y punto. No pude evitarlo y le pregunté por qué. ¿Por qué él tenía eso, y yo esto?
Me respondió que era evidente, él ha perdido más tiempo que tú se ha informado, lo ha hecho a mano y se ha preocupado en poner dibujos especificándolo todo, mientras tú te has limitado a copiar, lo hiciste con el ordenador y diste a un botón: imprimir y me lo entregaste sin más. Ella me dijo, finalizando, espero que hayas aprendido la lección y que saques tu moraleja de esto y para la próxima te sierva para hacer las cosas.
Yo le dije entonces, ¿ya sabrás cuál es no? El me contestó que no se puede pedir mucho reconocimiento a lo que no se ha trabajado, y si quiero una buena calificación o admiración me debo currar todo, pero absolutamente todo lo que haga hasta el más mínimo detalle, así obtendré lo que quiero. Aprendió la lección mi amigo y para animarle le invité a unos refrescos. 

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